viernes, 17 de mayo de 2013

Han echado a la filosofía.



Hago un curso sobre la web 2.0. Pienso que esta ofrece nuevas potencialidades a la educación que no cabe desdeñar. Pero, mientras estoy liado intentando configurar un blog, me llega la noticia de que se ha dado un paso más y muy importante en la gestación de ese bodrio llamado LOMCE. Podrían escribirse ríos de crítica y, sin embargo, en una frase lo que me duele, lo que me entristece profundamente: han echado a la filosofía del sistema educativo. Estos políticos que nos gobiernan, más que conservadores retrógrados, están acabando con todos los avances sociales, con lo público, con la libertad, con la igualdad, con la solidaridad. De todo ello podría poner ejemplos. Y ahora acaban con la filosofía y nos reconvierten a los profesores para que hagamos de comparsas de la religión.

Kant definía la ilustración como la salida del hombre de su minoría de edad. La minoría de edad consistía, según Kant, en la “incapacidad de servirse del propio entendimiento sin la dirección de otro”. Consideraba que el hombre era culpable de esta minoría de edad y animaba a salir de ella: “¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento!” La casi eliminación de la filosofía y la ponderación de la religión en la educación de nuestros jóvenes pone enormes obstáculos a la realización de este ideal kantiano de autonomía y libertad.

Las nuevas tecnologías, como decía, no se pueden desdeñar, pero ¡qué desvarío hay en despreciar la formación humanística y con ella la filosofía! Muchos se han enfrentado al proyecto de ley por esto y han dado muchos y buenos argumentos. Yo no quiero recoger aquí ninguno. Mi lenguaje es aquí más expresivo: ¡Qué tristeza no volver a explicar a Platón o a Aristóteles, sumergiéndome en sus reflexiones y en sus obras! ¡Qué tristeza no volver a explicar nuestra historia del pensamiento!

 Ya me apena enormemente ver este video que aquí muestro.

 

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